Jesús muere, muere, y ya va dejando la vida, cuando de pronto el cielo se abre de par en par por encima de su cabeza, y Dios aparece, vestido como estuvo en la barca, y su voz resuena por toda la tierra diciendo, Tú eres mi Hijo muy amado, en ti pongo toda mi complacencia. Entonces comprendió Jesús que vino traído al engaño como se lleva al cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el principio de los principios para morir así, y, trayéndole la memoria el río de sangre y de sufrimiento que de su lado nacerá e inundará toda la tierra, clamó al cielo abierto donde Dios sonreía, Hombres, perdonadle, porque él no sabe lo que hizo.
Fragmento de El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago.
Y el mensajero murió de la misma manera como había vivido, como había enseñado; no para salvar a los hombres, sino para mostrar cómo se debe vivir. Lo que dejó a los hombres fue la práctica: su actitud delante de los jueces, de los verdugos, de los acusadores, ante toda clase de calumnias y ultrajes, su actitud en la cruz. No defiende su derecho, no opone resistencia, no da un paso para alejar de sí la cosa fatal, antes bien, la provoca. Ama a los que le hacen daño; sufre y reza. Un resumen completo del Evangelio, aparece en la respuesta dada por el Salvador al ladrón que ha dicho: "Este hombre es un ser divino, un verdadero hijo de Dios"; a lo que él contesta: "Si verdaderamente sientes lo que dices, ya estás en el Paraíso, porque también tú eres hijo de Dios". No defenderse, no montar en ira, no hacer a nadie responsable... Pero también no hacer resistencia al mal; amar el mal...
Capítulo XXXV, en El anticristo, de Friedrich Nietzsche.
Hola ma... me haces pensar y me doy miedo, pero siga pensando y escribiendo asi me hago más culta.
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