Como Rousseau, Viard insistía en la importancia de la paciencia y la amabilidad por parte del maestro. En vez de hartarse con información inútil, los niños debían aprender de acuerdo con el desarrollo natural de sus facultades. Sobre todo, debían aprender a ser buenos. Pues la lectura es una especie de ejercicio espiritual: educa para la vida y no para la literatura.
Fragmento de "Los lectores le responden a Rousseau: La creación de la sensibilidad romántica", en La Gran Matanza de gatos y otros episodios en la Historia de la Cultura Francesa, de Robert Darnton.
Fragmento de "Los lectores le responden a Rousseau: La creación de la sensibilidad romántica", en La Gran Matanza de gatos y otros episodios en la Historia de la Cultura Francesa, de Robert Darnton.
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