9/08/2008

Más de Oliver

Le contaré una pequeña teoría que tengo. Ya sabe que el padre de Gillian ahuecó el ala con una nereida cuando su hija tenía apenas diez, o doce, o quince años, los que sean, a lo que falsamente se denomina "una edad impresionable", como si no pudieran definirse así todas las edades. Bien, he oído decir en las sofocantes guaridas del freudianismo que la cicatriz psicológica infligida por este acto de deserción parental frecuentemente induce a la hija, cuando alcanza la edad adecuada, a iniciar la búsqueda de un amante, a buscar un sustituto para el arquetipo desaparecido. En otras palabras, follan con hombres mayores. Esto, de hecho, siempre me ha parecido una conducta que roza con lo patológico. Para empezar, ¿ha mirado usted alguna vez a los viejos, a la clase de viejos que seduce a las mujeres jóvenes? Los andares achulados, el bronceado fóllame, los refulgentes gemelos de camisa, el tufo a tintorería. Hacen chasquear los dedos como si el mundo fuera su camarero. Exigen, esperan..., es repugnante. Perdone, les tengo verdadera manía. La idea de unas manos con manchas de vejez aferradas a firmes senos juveniles... Uff, ¡llévenme al vomitorio, pronto! Y el otro aspecto que se halla más allá del arrecife de mi comprensión es: si tu papá te ha abandonado, ¿por qué reaccionar yéndote a la cama con sustitutos de papá, regalándole la fleur de l'âge a una hilera de viejos tocones? Ajá, responden los libros de texto, no has entendido la cuestión: lo que la chica está haciendo es buscar una restitución de la seguridad que le fue brutalmente arrebatada; está buscando un padre que no la abandone. Muy natural, pero mi razonamiento es éste: si te muerde un perro vagabundo y la herida se te infecta, ¿parece un comportamiento sensato continuar jugando con perros vagabundos? Yo diría, todo sumado, que no. Cómprate un gato, ten un periquito australiano, pero no juegues con perros vagabundos. Sin embargo, ¿qué hace la chica? Juega con perros vagabundos. Éste es, he de admitirlo, un oscuro comportamiento de la psique femenina que aún no ha sido tratado con el limpiahornos de la Razón. Además de lo cual, lo encuentro repugnante.

Fragmento de Hablando del asunto, de Julian Barnes.

1 comentario:

  1. QUE BUEN BLOG

    TENGO QUE HACER UN ESPACIO PARA AGREGAR LINKS

    :D

    ASI AGREGO EL TUYO

    BESOS

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