Perder al ser amado ha sido la primera experiencia de la que yo llamo, a pesar de tener sólo veinte años, mi larga vida, y me ha hecho sufrir tanto que, a veces, pensaba que dejaría de respirar. Mi corazón, la noche en la que él murió, se fue a otra dimensión, y ya no pudo volver a mí, de ninguna manera. Me era totalmente imposible ver el mundo con los mismos ojos que antes. Mi cabeza flotaba y se sumergía insegura, y la sentía turbia, pesada y sin sosiego. Y lamento que me haya sucedido a mí una de las cosas que a algunas personas no les suceden jamás (ejemplo: un aborto, caer en la prostitución o una enfermedad grave).
Lo sé, aún éramos jóvenes y, además, tal vez no hubiera sido el último amor de nuestras vidas. Sin embargo, Hitoshi y yo experimentamos por primera vez diversos dramas que nacían entre los dos. Mientras sopesábamos la importancia de los diferentes episodios que surgían al relacionarse íntimamente dos personas, conociéndolos uno a uno, construimos cuatro años.
Después de lo ocurrido, puedo decirlo en voz alta: 'Dios es imbécil'.
Yo amaba a Hitoshi con locura.
Fragmento de Moonlight Shadow, de Banana Yoshimoto.
Lo sé, aún éramos jóvenes y, además, tal vez no hubiera sido el último amor de nuestras vidas. Sin embargo, Hitoshi y yo experimentamos por primera vez diversos dramas que nacían entre los dos. Mientras sopesábamos la importancia de los diferentes episodios que surgían al relacionarse íntimamente dos personas, conociéndolos uno a uno, construimos cuatro años.
Después de lo ocurrido, puedo decirlo en voz alta: 'Dios es imbécil'.
Yo amaba a Hitoshi con locura.
Fragmento de Moonlight Shadow, de Banana Yoshimoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario