Hablar de otros, citar textos, elegir imágenes, son distintas formas de describirnos a nosotros mismos. Y es que es innegable que lo que nos rodea nos compone, nos moldea, nos hace ser de determinada manera. Al estilo de Eliseo Verón: estudiar las huellas en los productos permite que nos acerquemos y entendamos, de algún modo, el proceso.
Entonces, ¿por qué no pensar que rodearnos de cosas bellas nos hará bellos? Me refiero a algo interno, espiritual, quizás. ¿Por qué no creer que las características buenas pueden contagiarse? Si son conceptos sociales, acciones sociales (uno es, haciendo), deben poder aprenderse.
Claro que si es así, hay que cuidarse de no copiar lo destructivo.
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En la foto: una de las mejores compañías en la difícil tarea de hallar respuestas.
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